Valencia (5ª de fallas): José Calvo corta una meritoria oreja a un gran toro de Fraile Mazas.

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Valencia. Jueves 12 de Marzo. Quinta de abono. Media plaza. Tarde fría y con viento.

Cuatro toros de Valdefresno (1º sobrero, 4º, 5º y 6º) y dos de Hermanos Fraile Mazas (2º y 3º), correctos de presentación. Encierro justo de fuerzas, raza y casta en líneas generales aunque alguno de ellos con clase y cierta nobleza como el tercero. Destacó el segundo de la tarde, del hierro de Hermanos Fraile, un gran toro ova
cionado en el arrastre.

El Califa, silencio tras aviso en ambos.
José Calvo, oreja y saludos tras aviso.

Morenito de Aranda, saludos y silencio.

Valencia (Esp.)
.- La tarde fue para el segundo toro del festejo del hierro de Fraile Mazas y el valenciano José Calvo. No hubo triunfo rotundo vayan ustedes a saber porqué. Quizás faltó intensidad a la faena. Quizás faltó más calidez en el tendido. Quizás faltó mayor entrega, convencimiento y rotundidad en el diestro. Lo que si quedó claro es q
ue “Pretencioso”, que así se llamaba el toro, fue un gran toro al que se le pudo haber cortado posiblemente las dos orejas y solo le cortaron una. Noble, repetidor, con tranco, clase y recorrido fue de los toros necesarios para hacer el toreo despacioso, templado y ligado.

Ya en el recibo a la verónica de José Calvo metió la cara planeando, con temple y calidad que sumadas al juego de muñecas del valenciano, mecieron las acometidas del animal con torería a la verónica. Su pelea en el caballo no fue todo lo brava que se esperaba, echó la cara arriba y dio muestras de falta de fuerzas pero se repuso, y fue a más a lo largo de la lidia. Tal es así, que en la muleta fue otro. Con la cara por abajo, con temple, calidad y transmisión, sirvió para que Calvo fundamentase un trasteo por ambos pitones torero, donde los mejores momentos llegaron sobre la diestra. En redondo pulseó la embestida, acompañó la acometida y se lució, sintiéndose delante de la cara del astado. Faena de menos a más, con intensidad, gusto y buen son que se vino abajo cuando no hubo acople en el toreo al natural. Y ahí, quizás, residió la clave, el punto de inflexión, para no ver el triunfo rotundo que se presagiaba. Nada fue igual a partir del toreo al natural y con un torero luchando por levantar el trasteo de altos vuelos que logró sobre la diestra, todo se desinfló como un castillo de naipes. Calvo acabó su faena con un toreo de cercanías, firmando un buen trasteo medido en el metraje y en su argumentación. La estocada casi entera sirvió para lograr una oreja que supo realmente a poco, mientras el público tributaba una justa ovación al toro en el instante se lo llevaban las mulillas.

Después, con el quinto de la tarde, poco pudo hacer José, ante un toro parado, deslucido y manso. Calvo optó con éste por una faena larga, quizás demasiado, en la que intentó alcanzar el triunfo, pero con un manso
y parado como lo fue el toro, poco pudo hacer. De nuevo se quedó a las puertas de ese aldabonazo necesario para él, si quiere seguir soñando el toreo.

Morenito de Aranda fue el otro nombre propio de la tarde por su toreo perfumado y exquisito a la verónica. Una auténtica lástima no verle con mejor lote de toros, pues en la retina han quedado esas verónicas mecidas, al segundo del festejo, de verdadero aroma a torería. En su primero lo intentó de todas las maneras posibles ante una res parada y justa de fuerzas, aunque con clase, cuando embestía. Era toro de dos pases y el de pecho, demasiado breve para coger vuelo la faena, pero aún así, se pudo apreciar el fondo de buen toreo que atesora Morenito de Aranda. Al natural cuajó lances sueltos de temple, recorrido y suavidad, y cuando el toro se acabó, buscó justificarse con un arrimón valiente aunque ineficaz para lograr el triunfo. La estocada de las de premio. Y en el que cerró plaza, manso, reservón, mirón, de viaje corto y embestida violenta, nada pudo hacer el diestro con él, más que pelearse y justificar su presencia en Valencia. No obtuvo premios en su actuación, pero esas verónicas y esa torería perfumada que tiene, quedaron en la memoria de los buenos aficionados.

Abría cartel El Califa y no fue su tarde. Preocupante la actuación del valenciano que aunque no tuvo lote propicio para faenas de órdago, no es menos cierto que no se le vio lucido en esta tarde. Algún que otro muletazo suelto en el primero bis, y una tanda al natural próxima al mejor Califa, fueron exiguo balance para de quien se esperaba que remontase su carrera profesional en esta feria. Con el cuarto, justo de raza y casta además de flojo, poco o nada pudo hacer. Estuvo muchos minutos delante del animal buscándole las vueltas, pero con un trasteo vacío de contenido y sin transmisión, acabó por dilapidar cualquier atisbo de posible triunfo. Una lástima verlo así.

Texto: Alfonso Sanfelíu
Imágenes: Paco Ferrís