Oreja para Angel de la Rosa con el mejor torrestrella del festejo

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Valencia. Domingo 8 de marzo. Segunda de fallas. Media entrada.
Se lidiaron seis astados de la ganadería de Torrestrella. Desiguales de presentación y comportamiento. El mejor del encierro fue el lidiado en primer lugar, un toro noble, con clase y calidad. El resto fueron, en líneas generales, deslucidos, con un tercer toro bravucón que transmitió emoción al tendido.

Angel de la Rosa, oreja y saludos tras aviso.
Tomás Sánchez, silencio tras aviso y silencio.
Paúl Abadía “Serranito”, silencio tras aviso en ambos.

El subalterno José Manuel Montolíu se desmonteró tras parear al primero del festejo. El valenciano José Casanova, a las órdenes de Angel de la Rosa sufrió una aparatosa cogida sin consecuencias graves. El parte facultativo recogía lo siguiente: “Contusión en hemotórax izquierdo que afecta al hombro izquierdo y dedo pulgar de la misma mano. Pendiente de estudio radiológico”. Se desmonteró tras finalizar su tercio.

La tragedia sobrevoló de manera gélida el coso valenciano, en este primer festejo mayor del ciclo fallero. Seguro que fue el capotillo que echó la Virgen de los Desamparados, el que evitó un grave percance al subalterno José Casanova. Él fue quien protagonizó el momento más dramático del festejo, al resultar cogido contra las tablas por el cuarto de la tarde, tras salir muy ajustado del primer par de banderillas. Apuró el torero de plata su entrada y en la salida del embroque, el torrestrella hizo hilo por él hasta apresarlo contra el burladero de matadores. Todo quedó resuelto con varias contusiones, un fuerte impacto en el pecho y un susto tremendo.

La tarde nos había dejado, mucho antes de ocurrir esto, varios momentos artísticos destacados y llenos de buen toreo salidos de las muñecas de Angel de la Rosa. Todo ello ocurrió con el primer torrestrella, de calidad, nobleza y recorrido, que sirvió para que de la Rosa demostrara -una vez más- que atesora un fino concepto del toreo. Lo mejor vino en el toreo al natural donde llevó la embestida con suavidad, limpieza y son. El mismo son, con el que logró cuajar varias tandas en redondo llenas de torería. La estocada en la cruz rubricó el corte de una oreja. Y con el cuarto, de la Rosa tuvo que echar mano de la entrega, el esfuerzo y el valor para hilvanar faena donde a penas la había. Con un toro parado, embistiendo a media altura y de corto recorrido, solo se lució en varias tandas aisladas sobre la mano diestra.

El diestro manchego Serranito dejó una buena sensación entre los que lo vimos pues de sus muñecas salieron varios momentos vibrantes de la tarde. Ante el bravucón tercero, comenzó la faena por abajo con poder, dominio, entrega y valor. Para seguir el trasteo con dos tandas en redondo tan poderosas, que acabaron literalmente con las pocas embestidas que le quedaban al astado. Faena decreciente que acabó en los terrenos de tablas y también acabó con la paciencia del torero. Con el que cerró festejo, salió a por el triunfo protagonizando un trasteo medido y torero con el que firmó varias meritorias tandas al natural y alguna más en redondo. Una lástima el mal manejo del acero porque con él, se esfumó un posible trofeo.

El segundo valenciano del cartel, Tomás Sánchez poco pudo hacer con su lote. El de Rocafort fue todo entrega, valor, ganas de agradar y tesón con el quinto de la tarde al que le arrancó varias tandas en redondo llenas de mérito. Y con el segundo, brusco, desclasado y con poca transmisión, intentó lucirse por ambos pitones en las pocas arrancadas que tuvo.

Texto: Alfonso Sanfelíu