Lección magistral de Hermoso de Mendoza en Valencia.

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Valencia. Sábado 18 de julio. 1ª de Feria de Julio. Casi lleno.

Toros de Fermín Bohórquez, reglamentariamente despuntados, nobles en líneas generales aunque justos de raza y parados.

Fermín Bohórquez, saludos en ambos.
Hermoso de Mendoza, oreja con petición de la segunda y dos orejas.
Diego Ventura, saludos y oreja con petición de la segunda.

Llegó el navarro Hermoso de Mendoza a Valencia y pasó por la capital del Turia como un ciclón, aunque eso sí, templado, suave e interpretando un toreo que sólo los escogidos pueden realizar tras veinte años de alternativa. Toda una lección de lo que es el rejoneo, cuajando una completísima tarde donde el Estellés ha cortado tres orejas de muchísimo peso con las que ha vuelto ganar a Diego Ventura en su pugna por el actual cetro del toreo.

Tarde completa, de las de tomar nota los que quieren emular los pasos de Hermoso de Mendoza porque con un lote deslucido, parado aunque noble, logró una actuación llena de gusto, torería, entrega, valentía y sobre todo toreo, mucho toreo del caro. Con muñecas de seda templando las cabalgaduras de lujo que posee y las embestidas de los toros de Bohórquez, Hermoso cuajó en su primero una lidia completa a lomos de Dalí, Chenel, Ícaro y Pirata. Importante, por templado y bien entendido, el recibo del toro con Dalí, parando a la res en terrenos de cercanías hasta arriesgar sin despeinarse, con el único rejón que administró en el primer tramo de esta lidia. Y después, con Chenel, explotó cuajando momentos brillantes, sobre todo con las banderillas toreando a dos pistas y cambiando los terrenos por los adentros en apenas un metro cuadrado. Con Ícaro siguió la línea ascendente de la faena, colocando otras dos banderillas citando muy de frente y luciéndose tanto el navarro como el caballo. Logró de este modo, que la plaza se pusiera boca abajo para rematar con un epilogo vibrante con las banderillas cortas. Un rejón trasero y efectivo fue lo único que le impidió cortar el segundo trofeo.

Y con el quinto, P
ablo también estuvo a gran altura con un toro soso y parado al que templó en el galope a dos pistas. A lomos de Silveti cuajó un par de banderillas vibrante de igual manera que lo hizo con Caviar. Con esta montura y siempre en terrenos muy comprometidos, logró templar en todo momento al toro, dándole además todas las ventajas por los adentros. Al Bohórquez deslucido, lo fue haciendo poco a poco en una faena que tuvo las virtudes del valor, el temple y la suavidad. Salió con Pirata a rematar su actuación y haciendo llegar mucho al toro, clavó al estribo un par de cortas. El rejonazo de ley le valió las dos orejas incuestionables.

Diego Ventura salió derrotado del encuentro con el navarro en escenario de primera como es Valencia. Sus errores imperdonables con el rejón de muerte le hicieron cruzar el ruedo a pie y con gesto contrariado, consciente del varapalo infligido por el estellés con las únicas armas del toreo puro, ortodoxo y templado hasta lo excelso. Firmó una faena muy emocionante y templada a ratos en el primero de su lote, más deslucido que el que cerraba plaza. Trasteo de gran altura en respuesta a la actuación de Hermoso, con este toro soso que cortaba el viaje pero que fue noble y con el que el rejoneador hizo lo imposible por triunfar. El fallo con el rejón le impidió cortar una oreja.

Y con el que cerró plaza salió Ventura con Girasol a por todas, recibiéndolo con sobriedad, templanza y torería muy diferente al eclecticismo al que acostumbra a sus partidarios. Lo mejor de su faena lo realizó con Manzanares, clavando pares por los terrenos de los adentros y luciéndose en la salida del toro con un toreo que se movió entre la pureza y lo eléctrico. Con Distinto, los pares al quiebro pusieron boca abajo la plaza, mientras que con Ginés clavó muy reunido. El rejón caído y el fallo reiterado con el descabello, impidió que acompañara a Hermoso de Mendoza por la primera puerta grande de la Feria de Julio.

Completó cartel el jerezano Fermín Bohórquez que cuajó una actuación muy académica, pura y también fría, lo que no llegó a calar en el ánimo del público. Faenas completas en conjunto, a las que les faltó además la emoción del toro. Saludos en ambos.

Texto: Alfonso Sanfelíu
Imágenes: Paco Ferrís